El martes 17 de diciembre estuve en el Auditorio del Ministerio de Cultura para hablar, reflexionar, debatir sobre la financiación y las condiciones laborales de las Artes Escénicas. Desde que inicié mi carrera laboral en el sector cultural este debate siempre ha estado encima de la mesa, y me sorprende tener la sensación de que estamos en el mismo punto.
Mi sensación es que hay como un agujero, una brecha entre dos generaciones de agentes culturales:
– Los que han vivido la época de la financiación pública
– Los que no la hemos vivido y por lo tanto nuestra supervivencia en el sector cultural va por otras formas de financiación, siendo esta un extra que si llega bien, si no, pues ahí está.
En esta jornada me tocó dinamizar la parte de financiación privada, y aquí os dejo mi intervención
La financiación tiene muchos matices, pero previo a este paso necesitamos que haya un presupuesto bien realizado, esa previsión de gastos e ingresos donde debemos tener en cuenta los honorarios. Cuando el presupuesto es elevado, no es lo que esperábamos, o no va a ser posible sacar el proyecto adelante, los honorarios, o, mejor dicho, nuestros honorarios es la primera partida en la que recortamos. ¿Hablamos de precarización del sector o de auto precarización? Las condiciones laborales del sector van muy ligada a la financiación, y a la gestión empresarial de los proyectos.
La financiación debemos entenderla como la herramienta que nos dota de recursos para el desarrollo del proyecto, obviamente debe ser económica, pero también podemos buscar valor de conocimiento, colaboraciones, trueque, que nos permita optimizar recursos y ajustar el presupuesto.
Cuando buscamos financiación debemos ser honestos con el proyecto, conocer en qué fase está: producción, exhibición, gira, etc. Posteriormente para qué queremos financiación, y cuántos financiadores podemos implicar, pero debemos ser conscientes de que cuando una empresa privada nos financia adquirimos un compromiso, una unión de valores, ética y responsabilidad con el financiador. El compromiso adquirido no es solo desarrollar el proyecto, sino el cómo desarrollamos el proyecto, hay que gestionarlo desde la excelencia, en condiciones aceptables, evitando fórmulas que se encuentren en vacíos legales, y malas prácticas.
En la primera parte de la jornada hemos visto un resumen de los resultados de la encuesta contestada por el propio sector, dónde la financiación ideal viene de subvenciones, fundaciones y el crowdfunding ni está, ni se le espera. Estos datos me han sorprendido, sobre todo por no considerar el crowdfunding una fuente de financiación. En las artes escénicas no creamos un producto, sino generamos una experiencia. No sirve de nada crear una producción excelente si no tenemos un público, audiencia, ciudadano que lo disfrute, entonces ¿por qué no consideramos el micro mecenazgo una fuente de financiación? ¿Esperamos que la gente pague para ver nuestro espectáculo, pero no creemos que lo puedan apoyar en el desarrollo? ¿Tenemos miedo a que no podamos superar el reto de nuevas audiencias y nuevos públicos? No podemos pasar por alto que el crowdfunding es una herramienta de financiación que se basa en la creación de una comunidad, si conseguimos esto, hemos conseguido público. También es una herramienta de márketing, conoceremos si nuestro proyecto interesa a la comunidad, si tendremos público, o si hay algo que no está funcionando o no estoy comunicando bien.
Las fundaciones cuentan con fondos para poder financiar proyectos, pero la propia normativa de fundaciones las limita no pudiendo elegir a qué empresas ayudar, siendo uno de los requisitos que no tengan ánimo de lucro. En vez de lamentarnos por la no ley de mecenazgo y patrocinio busquemos en las herramientas que tenemos ahora, siendo el Matchfunding de Fundación Goteo una perfecta solución. La fundación hace una donación a Goteo y ese dinero es para financiar proyectos seleccionados por el donante. La manera de distribuir ese dinero o decidir cuánto dar y cómo darlo va ligado a cuántos apoyos tengas por la comunidad. Si consigues que a través del crowdfunding la comunidad apoye tu proyecto, recibirás la financiación de esa fundación. La financiación recibida por el crowdfunding se duplica con esta herramienta.
Además, al ser Goteo una fundación todos los micromecenas cuentan con beneficios fiscales.
¿Se superará el reto de implicar a la comunidad, crear nuevos públicos y audiencias?