Domingos grises en los que con música de fondo, miras por la ventana como llueve, sientes que acaba una semana y que la sensación de vagueza te dice adiós con una sonrisa, entonces ignoras que es domingo y que el tiempo pasa y parece que funciona, y mejora con unos donetes, el pijama y moñito de Mulán.
Entonces llega el momento en el que dices: «voy a aprovechar el día»
Pero no nos engañemos, que eso no pasa, de repente te entra la famosa depresión de los domingos que combates viendo películas de Woody Allen. Y entiendes que Woody Allen debería formar parte de las clases de filosofía.
Y caes en ese loop de reflexión general que solo te hunde más
Y solo piensas en vivir por vivi
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