Esta es una de las ilustraciones favoritas de Beatriz Méndez.
Es sábado, ando tirada en el sofá, pensando en las contradicciones de las historias. Ahora sí, ahora no, mañana puede, pero mejor que no, el ahora quiero pero no puedo, el ahora puedo pero no quiero, y al final ¿Qué es lo que nos queda? Nada, por eso al final el corazón se convierte en un objeto metálico que depositamos a la papelera de la manera más sangrienta, para no sentir más la sensación de impotencia de ser una nota a pie de página que nadie lee. Convertirse en un problema que nadie quiere.
Sentirse esa persona creepy y ser ese especial bicho raro que la gente adora, pero le estorba.
Y no entender nada
Y perderte en la tristeza
Solo quedarte con las promesas que no valen nada
Para comprender que tu película se han convertido en mis miedos
Y comprender que todo han sido Ruidos y sueños que te ilusionaron por un momento
Para que al final el tiempo pase sin importar