Compartir piso es complicado pero a la vez divertido. Llevo desde los 18 años compartiendo piso y aunque ha habido dificultades cuento con divertidisimos recuerdos. Los últimos cuatro años han sido en Ratocha, donde los buenos recuerdos son innumerables, ya no me caben ni en la cabeza. Ahora solo quedamos Charo y yo, y la verdad es que la convivencia es fácil, aunque hemos encontrado un tercero, algo raro, pero no da problemas. En busca del cuarto valiente andamos. Por este piso han pasado Una publicista, Doña Teresa Garvalena, Una ingeniera de edificación, Cristineken, un guardia civil y una holandesa.
¿Cuál es mi mayor problema de compartir piso con Charo? Que nos picamos a las mismas series, que tenemos horas tardías de ponernos a verlas, que dormir a una hora prudente es un desafío, por lo que luego madrugar es todo un reto, pero se consigue.Y si no es una serie, son vídeos del youtube, o una sesión de pelis… el caso es no irnos a la cama antes de la 1.30 h.
Pero la ventaja es que como casi siempre salgo con ella, supuestamente, siempre vuelvo acompañada, además ir a la Fnac o a la sección de suavizantes del carrefour es toda una aventura. Nuestro error constante, ir hechas un adefesio.
Nunca hemos llegado a la situación de los Bongos de Sheldon, pero seguro que si alguna de nosotras se pone con los bongos, la otra prepara los caragillos, o las copas. 🙂 Si Charo es la que se ocupa de los bongos, seguro que su ritmo al principio flojea.
Otro de los problemas es el chocolate. Yo intento no comprar para no comer, porque de culo voy sobrada, pero Charo, es amante de la Nocilla, así que siempre compra, y siempre acabo comiendo yo también. Me lleva por el mal camino. Pero está la ventaja que nunca nos quedamos sin leche, amas somos amantes de los vasos de leche con cola Cao, así que raro es que cuando a una se le acaba la leche, la otra no tenga. Nunca ha pasado eso. En la nevera el fuet es otro de los básicos.
Para el sofá, Charo y yo somos como Sheldon. Tenemos nuestro sitio hecho, así que cada vez que estrenamos compañero de piso a través de indirectas les baneamos sentarse ahí. Nuestro sitio en el sofá es nuestro.
Una de las reglas claves, para llevar mejor la convivencia es no darle a Charo Café. Se pone con un azogue que a veces llega a ser insorpotable. Es como el efecto de los Gremlins con el agua.
Nada es como en Friends más bien es The Big Bang Theory.Pero la amistad aunque complicada está.
Yo soy insoportable con las mayores chorradas. Pero bueno, Charo tiene paciencia conmigo y ya ni nota mis manías, ni estupideces varias. Problema, que muchas veces Charo es la cabeza pensante de muchas estupideces y yo digo, ¿por qué no? Y…
jaejeaj el utlimo parrafo me ha encantado…eajeaj
jajaja. lo peor es que es verdad.
Como las 4 del inicio… nadie! ;D Me faltó engancharme al Cola Cao… jajaja!! ¡Besotes!
Exacto, pero el Cola Cao, es secundario 😉