Soñando 8 después

Para un proyecto en el 2003 nos dijeron que escribiéramos un relato breve imaginándonos nuestra vida 8 años después. Y, el viernes fue leído, porque tras escribirlo lo guardamos en sobres y ahí se quedaron cogiendo polvo. Hasta a mí me sorprendió leerlo, y sobretodo ver cómo no queda casi nada de aquella vida.


Dentro de 8 años no sé dónde estaré, ni quiénes serán mis compañeros de viaje. Me gustaría que todo fuera como sigue ahora, es sencillo, pero por mucho que crea que va a ser así, en mí tengo la sensación de que algo va a cambiar, más que nada porque me meto en la aventura de cambiar de ciudad, ir a la universidad y vivir en un piso compartido sin la comida de mi madre, ni la seriedad de mi padre, ni las visitas de mi hermano. No creo que tenga la suerte de encontrar una casa que huela como la mía a pan recién hecho y bollos, ni una habitación donde pueda bailar y esconderme en los malos momentos. Lo que de verdad me da vértigo es perder a las personas que ahora forman parte de mi vida, pero sé también que muchas se quedarán en un vago recuerdo, porque a mis 18 años son muchas las que ya han pasado por mi vida y pocas se han quedado. Me gustaría pensar que terminaré la carrera, ya tendré un trabajo, y seguiré con mi pareja, mis amigas de Tomelloso seguirán siendo mis confidentes y la ciudad donde me marcho se convertirá en un «nuevo Tomelloso».

Pero dentro de mí, algo se remueve, siento nervios en el estómago porque creo que la vida que planeo no es la que espero, y para conseguir la que espero tengo que romper con la que planeo. Es excitante saber que va a haber cambios, pero también asusta porque nunca las sorpresas son buenas, y en parte hay que crear una segunda vida, nuevos amigos, nuevo hogar, nueva ciudad, nuevas clases…  Ha llegado el momento de improvisar, de bailar con el viento y empezar a girar, caerte y levantarse, tomarlo como un juego donde una vez que te aprendas las relgas todo volverá a ser sencillo.

Tengo que terminar este relato y no es nada claro, no sé que escribirán mis compañeros, pero lo único que deseo es que dentro de 8 años siga sintiendo ilusión por lo que hago, me encante meterme en «problemas» y siga sin importarme no tener la vida perfecta, pero que por lo menos sea míia. Espero empezar a aprender lo que es vivir. No quiero que cambie nada dentro de mí (bueno de mí cambiaría muchas cosas, pero tal vez deba ser así), el resto que sea lo que tenga que ser.

Si hoy tuviera que describir mi vida, tal vez no diría que es la vida que espero en una parte, pero tampoco esperaba encontrarme con gente tan maravillosa y admirable con la que me he topado, ni tampoco esperaba encontrar en Madrid mi sitio, ni mucho menos, encontrarme con el valor de aunque sea el último mono, y las condiciones sean penosas, dedicarme a lo que realmente me gusta y no hundirme. Diría que mi vida es perfecta porque conozco a las personas que la hacen perfecta, y aunque yo sea una más ellos me hacen sentir especial. Cuando hablo con gente que forma parte de esos 8 años atrás me cuesta explicarles mi vida, porque no la entienden, su ambición va al terreno económico y la mía va para experimentar emociones. Así que ahora solo me queda decir GRACIAS a todos los que a día de hoy forman parte de mi vida, porque ellos son mi vida.

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