Willy Naves presentó su disco Conversaciones con Demian en la sala El sol de Madrid, aprovechando la fiesta de C4 Management, empresa en la que está Martín, de The Right Ons, además también es guitarrista de Willy Naves. Todo queda en casa.
Willy Naves tiene todo para ser un #melocotonazo, pero en cambio, algo falta.
El disco es medido, correcto, le falta algo de chispa, aunque tiene matices se queda en algo lineal, pero es muy escuchable, dentro de ese indie – emo, de caracter triste, al estilo de The New Raemon (pero evidentemente, The new Raemon, es The New Raemon….). Me dejó algo fría su escucha, pero no me disgustó, es de estos trabajos que he tenido que escuchar varias veces para que consiga cogerle el gustillo.
Llegamos al directo. El primer tema lo obivamos, porque sonó de pena, fue un desastroso principio, algo pasó ahí que fue como una lluvia de ruido sin sentido. El segundo y los siguientes ya encajaron dentro de la categoría música, pero me encontré un directo muy diferente el disco, de repente fue algo al estilo de Maga, pero con la potencia de Havalina, por lo que se pierde el discurso entre disco y directo. Demasiado estruendo, potencia, energía para su música. Considero que hay que buscar un equilibrio entre una cosa y otra. No consiguió que empatizara, y me metiera de lleno en la música. Además, la actitud de él, Willy, mirando hacia abajo, algo encorbado, y haciéndose pequeño en el escenario no ayuda a transmitir, y mucho menos cuando su banda se encuentra mirándose y buscando ese feeling, que el batería supo llevar con un diez, fue la bisagra perfecta para que en escena no se vieran tres músicos + uno, y fueran realmente cuatro.
Tuvo un momento gracioso a la hora de hablar: «pasar hacia adelante que no pueden pasar», la sala estaba bastante llena, pero no completa. Aunque esa simpatía y contacto con el público enseguida se fue con una manera de grotesca de pedir silencio. Una vez, a un músico le dijeron: » a mí me haces callar con tu música no con un ssshhh desagradable». Fue un gesto, un segundo pero de repente me bloqueó todo y se me puso una barrera que impidió que pudiera vivir el concierto.
La gente estaba inquieta y cuando empezó a entrar en calor, saltar y darlo todo fue con un tema del anterior trabajo, el fin (creo recordar), cuando los tenía por fin comiendo de su mano, por fin, disfruté de un tema y despegué los pies del suelo, pero en la siguiente canción el ritmo se interrumpe y se queda solo con una guitarra, lo que fue una bajada tan brusca, que ahí, ya se me hizo el concierto cuesta arriba, daba igual que al final de la canción un tormento sonoro lleno de rock llenara la sala, para mí fue subir una cuesta demasiado inclinada para el final del día.
No sé que habrá sido, porque musicalmente es muy bueno, pero la música es emoción, pasión, vida, y me faltó eso. Pero le daré una segunda oportunidad, y os digo que escuchéis el disco, pero no os quedéis en la primera escucha.
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Me encontré a Álvaro en la puerta y la verdad es que es muy majo. También estaba Utah por ahí, al cuál no saludé, porque en una fiesta de spotify tuvo un comentario no intencionado, pero que yo vi la necesidad de interpretar, y la verdad es que … pasé de decir nada.