Empezaré por felicitar el técnico de sonido. La sala no tiene las condiciones adecuadas, pero él hizo un trabajo muy fino, estaba atento a todo y no se descuidó ni un solo segundo. UN GRAN APLAUSO PARA ÉL, porque aunque Rufus son muy buenos, aquí el peso recaía sobre el técnico ya que la sala está más diseñada para presentaciones de libros que para conciertos. 🙂 De hecho en el escenario estaban colocados en línea horizontal, un lujo porque los veías a todos perfectamente, pero ellos no tenían sitio para moverse ni una pizca.
Cuando llegamos a las 19.37 el concierto ya había empezado. Pero con un temita a lo sumo, así que no llegamos tan mal. A diferencia del concierto de la sala Siroco, aquí el feeling entre ellos se notó, miradas cómplices y sonrisas pícaras entre ellos. Víctor, como siempre habló para expresar su agradecimiento y notificarnos su sentimiento agridulce porque ahora va a haber un parón para perfeccionar las 13 demos que hay según Alberto, ya que Carlos se mostró escéptico ante este dato, y dejar constancia en un fonograma. (Conversaciones de un post Concierto).
Tocaron temas de su último EP: Supravision, Voladora sumergida, Inercia, dentro de 7500 años y la historia secreta de nuestra obsolescencia programada, canción con la que cerraron. En Inercia Julia se creció y realmente era buenísimo verla tocando con sus ganas y cantando a la vez, siendo fan de su propio grupo. En Dentro de 7500 años me hizo mucha gracia porque ella salió de su cubículo para tomar el micrófono y contarnos lo que pasará dentro de 7500 años, pues salió como un duendecillo, andando despacito, con cuidado, y es que ella en sí es tan adorable, en general todos son abrazables, posteriormente al marcharse cambió su actitud, al ver que todo salió bien se fue mucho más erguida y segura. Tiene una voz muy bonita, una textura peculiar, espero que le den voz en algún momento del nuevo disco. Hablando de las voces, Sara va cogiendo protagonismo en los coros y su voz delicada, tierna y dulce, de agradable tono se va escuchando más, además que Alberto también entre de coprotagonista en las voces hace que en conjunto la iluminosidad del sonido sea potente, y le da ese toque kish que lo diferencia de lo común. Víctor, vocalmente ha mejorado descaradamente, y aunque no sea un vozarrón como puede ser el cantante de Libens afina a la perfección y tiene un brillo que sin destacar, destaca. Pero no podemos olvidar que Rufus T. Firefly es un grupo que da protagonismo a la parte instrumental ya que en sus composiciones podemos disfrutar de diversidad de «big bangs» sonoros, y miman el retorcimiento de sus letras.
Retomaron su anterior etapa con Desillusion, cuyo compositor es Alberto, nuevo componente de la banda. Donde podemos ver que a pesar de su ironía guarda una gran sensibilidad. Música para deleitarse y degustarla.
Además, también pudimos escuchar temas que se presupone que estarán en el nuevo trabajo que aún está tomando forma en el local de ensayo. Un tema era 193 pasos o peldaños, (no recuerdo bien el nombre que dijeron) y el otro el día de la bicileta que ya pudimos escuchar en el acústico de Noise off festival.(Verlo y si os gusta votar :)) Tiene una pinta tremenda lo que van a grabar.
Rufus T. Firefly es una banda con una sensibilidad corrumpida por una pirotecnia de sonidos deliciosos. Son como esa novela que no puedes dejar de leer porque cada frase te sorprende, te engancha, y cuando ves que llega el final empiezas a leer más despacio por ese temor a que se acabe. Tienen algo, y ese algo es un encanto peculiar a parte de una música que va mucho más allá de interpretar y combinar esas siete notas pintadas en un pentagrama.
Me re-gusto cada vez que los escucho y me emociono y sorprendo como si fuera la primera vez que los veo. 🙂
Rufus T. Firefly = DEDITO PARA ARRIBA.