Ayer, mi última acción cultureta del 2010, fui a ver junto con Tere «El Cascanueces. Un cuento de Navidad» interpretado por el Ballet del Teatro Nacional de Praga. Una de las obras de Ballet más recomendadas. Así que si estáis en Madrid estará en los teatros del canal hasta el 9 de enero.
Youri Vàmos, el coreógrafo, también famoso por la fusión entre La bella durmiente narrando la historia de Anastasia. En este caso, la obra de El cascanueces de Tchaikovski se incorpora a la de Charles Dickens Un cuento de Navidad. Una escenografía de cuento, unas localizaciones conseguidas a la perfección, una música tan espectacular como Chaikovski y unos bailarines que ejecutan los movimientos como si de plumas se tratasen. El primer acto dura 45 minutos, tras un descanso de 25 minutos comienza el 2º acto de 50 minutos, que en la vida real te da la sensación de que solo han bailado 10. Se me pasó rapidísimo el tiempo.
La coreografía mezcla el ballet Clásico, con alguna innovación, a la primera representación de esta obra de Tchaikovski intepretada por el ballet de St. Petersburgo, con movimientos contemporáneos y jocosos, como la utilizacion del flex en todo momento.
Las danzas propias del Cascanueces, la danza rusa, la china, la árabe, la española y la de los payasos, como si fueran parte del cuento de Dickens. Nunca pensé que pudiera tener tanto sentido en Un cuento de Navidad esa parte de El cascanueces. Un momento especialmente emotivo fue el pase de pas de deux, donde los bailarines de la manera más clásica nos reviven ese Cascanueces. El humor se refleja en la obra gracias al personaje de Scrooge. El vestuario, muy de la zona de la República Checa, pero tal vez algo saturado de brillos en la parte del sueño, donde se intercala esa historia de Navidad, aunque no afea, a lo mejor algo menos de nochevieja hubiera estado mejor.
Si quieres disfrutar de una apuesta innovadora sin perderte el clásico cascanueces esta es la obra. Podría ser cosa mía, pero a Tere también se le pasó el tiempo volando, síntoma de que el entretenimiento está asegurado. Como diría El gran Ionesco: «Si es absolutamente necesario que el arte o el teatro sirvan para algo, será para enseñar a la gente que hay actividades que no sirven para nada y que es indispensable que las haya.
Acabé con la emoción en la sangre, tal vez, porque mi vocación, la danza, también es mi debilidad, y aunque hablo mucho de música, y esta es una de mis pasiones, nunca dejaré de ser una bailarina frustada, que estuvo hasta los 22 años estudiando ballet, y desde los siete no he dejado de bailar. Así que mi propósito del 2011 es asistir más al ballet, porque realmente es algo, espectacular, me encanta y emociona.
Aquí tenéis la Obertura:
y Un reportaje sobre la obra:
Nosotros vamos el día 5.
Por cierto, Feliz Año. Por fin he vuelto a la vida (estoy gafada con la Navidad).
Besos.
MMar.