Vikxie

El sábado, a pesar de la lluvia, fui al concierto de Vikxie en acústico, tal vez, el mejor acústico que he visto de él, tras sus pintas de niño bueno con un polo negro, unos pantalones negros y sus zapatos blancos (pero se veían mucho más nuevos que de costumbre), de camino al Búho real, me crucé con Utah, hablé dos minutos con él, nada del otro mundo, una conversación de besugos, pero he de reconocer que me dio mucha vergüenza, iba sola y sin alcohol encima, no me pidáis más. (Todo un sueño, ver al prefe del grupo del que eres grupi por la calle, no grité por no asustarle, puesto que estaba la calle oscura, casi no puedo dormir por la noche de la emoción :))

Volvamos al concierto de Vikxie, que se merece unas especiales palabras porque ofreció uno de los mejores acústicos suyos a los que he asistido. Tocó temas nuevos como Lola García y uno que ya estrenó en el Barcelona 8, un nuevo sonido se acerca hacia el nuevo disco y creo que es fantástico el poder disfrutar de una misma esencia en diferentes registros. Letras directas, claras, lanzas hacia una realidad que la gente tiene como tabú, sonidos melódicos, tal vez, para hacer de la dura realidad un dulce aperitivo.

Estuvo, cómodo, y es que encima del escenario este chico se crece tanto como abajo, porque saludó a todos los fans, que venían desde distintos puntos del país: Zaragoza, Barcelona… y evidentemente la gente de Madrid.  Se le veía contento, y fue lo que puso luz a un día gris, del cuál, es fabuloso disfrutar de ese frío en un sitio donde el calor lo da la música.

Hubo colaboraciones de Pablo Galiano, Perro Flaco, y evidentemente el «maestro Moi» acompañó en algunas canciones. Dentro de su repertorio del disco Rosas y Champán, Si te marchas, el juguete, revólver, también tocó por segunda vez el hombre traje donde presentó a la «ausente» banda.  La sensualidad tuvo su sitio con calle abajo (canción en la que me puso mala, pero tranquilos, porque él ni se dio cuenta de mi presencia, a pesar de que llevaba mis mejores galas, es normal, puesto que su público femenino brilla por su belleza). Dentro de este «rockstar» las baladas están a la orden del día y volvió a deleitarnos con junto los dos, llévame y te invento (una de las canciones más bonitas que he escuchado, que se queda fuera del disco, tal vez habría que hacer un EP, el rock más delicado, y meter estas canciones que sin saber por qué no pueden entrar en un disco con mucha más caña, rompamos los esquemas predefinidos para hacer nuestras configuración personalizada, pero considero que no estamos preparados para recuperar el romanticismo en un entorno donde las cosas cambian a ritmo vertiginoso. Esta canción me enterneció, me dieron ganas de subirme al escenario y darle un besazo (de amistad) pero me conformé con un simple recuerdo de un abrazo de un amigo). Dentro de este romanticismo, y dentro del disco, no podía faltar el «bolero Mi corazón», una canción que en acústico suena con alma propia (canción que he escogido para una coreografía de jazz fusion, porque tiene lo que necesita la música para bailar jazz fusion, sensualidad, ritmo, elegancia y que transmita para poder meterse en el papel, además de una letra melodramáticamente preciosa)Esta canción al principio pasó desapercibida pero ahora, mmmm….

La verdad es que esas pintas de niño bueno, los tatutajes de niño malo, la naturalidad y su todo, despertó en mí, la parte más… una lástima que pasara de mí, jajajjajajajjajajajajajajajjajajajajajajjajajajajjajajajajaja, ¿alguien lo dudaba?, pero tranquilos, que lo he superado 😉

Fue un acústico especial, que levantó a las nubes e hizo de Vikxie un artista que conquistó a una vez más a su público, empatizó con él desde el escenario e hizo a todos partícipes de su actuación, cuidando los detalles sonoros reinventó una nueva manera de hacer rock que invita a escuchar, que relata historias que ni los contemporáneos americanos como Sallinger sabían expresar, que Picasso no sabría plasmar en un lienzo y Bergman no sabría dar un enfoque cineasta, porque estamos ante un artista que dentro de un estilo rompe estructuras y construye su propio cliché inimitable.

Muak