Libens, ya os he hablado de ellos. Tienen un estilo peculiar dentro del género denominado pop-rock. Alejandro, el cantante, le da ese toque diferente, aunque las guitarras con sus melodías alargadas no hacen que este grupo se sitúe en lo común, así como la batería que marca perfectamente los matices y cambios de ritmos.
Ayer, llegué tarde, estaba lleno, pero encontramos nuestro hueco. Los primeros dos minutos apenas pude escuchar porque después de dos horas de baile, salir corriendo, en el momento que paré las piernes no paraban de temblar. Pero mereció la pena.
La cercanía era evidente, fue un cálido concierto. El público se mostró entregado, les ayudó a cantar los temas, y lo mejor fue, que ellos se mostraban sorprendidos de que la gente se los supiera y ante el hecho esbozaron una sonrisa.
Precisión y entrega son dos palabras que encajarían perfectamente en este concierto, acompañadas de un gourmet sonoro. Sinceramente, es un grupo, que a pesar de tener el EP no es de los que más me ponga a escucharlo, pero cuando voy a los directos me quedo paralizada y me sorprenden, pero al no conocer muchos temas de ellos tampoco puedo vivir la experiencia al 100%, pero escucharlo ya es una delicia.
Para ir terminando, decir, que nunca había visto tanta gente alta, el público era altísimo, la explicación lógica que quisimos dar es que eran familia de Iago (creo que es así), el batería, porque es más largo que un día sin pan. Me sentía totalmente un gnomo y más cno esa estética del bar que parece que estás dentro de un árbol.
P.D: Esta vez sí me despedí de Víctor Cabezuelo, y es tan majo, ahora hay que hacer presión para que _____________, es decir, Emilio, Mario, Víctor y Jorge si se une, sigan haciendo cosas y graben algo 🙂
🙂
Diario de.... 